El juego del reloj

Este sencillo juego de cartas puede ser un buen final para una sesión en la que se hayan trabajado las horas, aunque en el juego no se practican las horas y lo único imprescindible es que los alumnos conozcan los números del 1 al 12.

Para jugar al juego del reloj solo se necesita una baraja de cartas para cada grupo de alumnos (creo que lo ideal es que jueguen en grupos de cuatro o cinco).

¿Cómo se juega? (Si ya sabes cómo se juega, puedes saltarte los párrafos escritos en azul.)

Se reparten todas las cartas entre los jugadores. Cada jugador sostiene sus cartas en un montón, con una mano, bocabajo.

Por turnos, cada jugador le da la vuelta a la primera carta de su montón y la coloca en el centro de la mesa bocarriba a la vez que dice en voz alta el número que le toque: el primer jugador dice el 1, el siguiente el 2, el siguiente el 3… hasta el 12, y se vuelve a empezar por el 1. Hay que intentar que el ritmo del juego sea lo más rápido posible.

Si el número de la carta que descubre un jugador coincide con el número que dice en voz alta, este jugador debe recoger todas las cartas del centro y colocarlas debajo de su montón, pero solo si el siguiente jugador se da cuenta. Este, al darse cuenta, no debe tirar una carta encima, sino pedirle al jugador que recoja las cartas del centro («¡Recoge!»). Si el siguiente jugador no se da cuenta y tira otra carta encima, es este el que recogerá el montón central, si el jugador que va después de él sí que se da cuenta.

Cuando un jugador recoge el montón central, es este jugador el que continúa el juego, que se reanuda con el número 1.

El objetivo del juego es quedarse sin cartas. Una vez que un jugador se queda sin cartas, y por lo tanto gana, opcionalmente se puede continuar la partida para ver quién queda segundo (el siguiente que se quede sin cartas), tercero, etc.

Me gusta llevar situaciones reales al aula, y un juego es una de esas situaciones reales. Gracias a un juego en clase, pueden surgir expresiones como hacer trampas, ser (un/a) tramposo/a, tener (mucha) suerte, tener muy buena / muy mala suerte… así como aspectos relacionados con costumbres, como el hecho de que en España el orden en el que participan los jugadores en una partida es contrario al sentido de las agujas del reloj. Y en el caso de un juego de cartas, también se puede hablar de la baraja de cartas española, de los nombres de los cuatro palos, de los nombres de la sota, el caballo y el rey…

Por otro lado, me parece buena idea acabar una clase jugando, pues el hecho de que los últimos minutos sean distendidos suele hacer que los alumnos salgan de clase sonrientes, relajados y animados.

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¿Qué opinas de los juegos en clase? ¿Qué te parece el juego del reloj para el aula? ¿Quieres comentar alguna experiencia con algún juego?

¡Saludos!